La adopción de DevOps se ha acelerado en los últimos años dados los grandes beneficios que tiene en cuanto a la optimización de los procesos de desarrollo. Ahora bien: tanto esta metodología como Ágiles han implicado un cambio fundamental en las habilidades de los profesionales.
Estandarizar las buenas prácticas de DevOps se convierte en un desafío tanto para la organización que las necesita como para el socio tecnológico que interviene en el proceso.
¿Cuáles son los principales desafíos y por qué?
Si bien su definición continúa en debate, según el glosario de Gartner, DevOps representa un cambio en la cultura de IT que se centra en la prestación rápida de servicios mediante la adopción de prácticas ágiles y ajustadas en el contexto de un enfoque orientado a los sistemas.
En síntesis, busca mejorar la colaboración entre los equipos de operaciones y de desarrollo. Sus implementaciones utilizan la tecnología, especialmente herramientas de automatización, que pueden aprovechar una infraestructura cada vez más programable y dinámica, desde la perspectiva del ciclo de vida.
De acuerdo con una encuesta del World Quality Report 2019-2020, de TechBeacon y Mirofocus, cuando se preguntó sobre el grado en que Agile y DevOps han cambiado las habilidades necesarias de los profesionales de QA y de testing, el 31% identificó deficiencias en las automatizaciones de pruebas y un 27% en las habilidades de entorno y datos de pruebas. De ahí que estandarizar las buenas prácticas de DevOps se convierte en un desafío.
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En primera instancia, es necesario comprender que el camino para desarrollar proyectos con DevOps no ocurre de la noche a la mañana e implica un cambio en la mentalidad de los equipos de trabajo, dado que es difícil adoptar una práctica tan horizontal en organizaciones que, muchas veces, tienen un modo verticalista.
Con esto en mente, para sortear algunos de los principales desafíos que mencionamos, en términos operativos resulta necesario tener en cuenta las siguientes prácticas:
El objetivo de una metodología DevOps es la entrega de un producto de valor en tiempos más cortos. En este punto, la Infraestructura como código juega un rol fundamental, forma parte de la metodología (estable, escalable, versionada), y es uno de los pilares que componen el objetivo final. Hoy, gracias al auge de las APIs y la nube, los desarrolladores y administradores de sistemas pueden interactuar con la infraestructura de forma programada y a escala en lugar de configurar y ajustar manualmente los recursos. Debido a que están definidos por el código, la infraestructura y los servidores pueden ser desplegados rápidamente en patrones estandarizados, actualizados con las últimas revisiones y versiones, o replicados de manera repetible.
DevOps ofrece una solución a los desafíos que enfrenta el negocio al mejorar los ciclos de implementación, reducir el tiempo de espera para los cambios, una recuperación más rápida, ciclos de retroalimentación veloces, plazos de entrega ajustados, software de alta calidad y un puente entre el equipo de desarrollo y operaciones. En otras palabras, un mejor time-to-market como ventaja competitiva.
En CTL, todos los proyectos se basan en esta metodología y brindamos consultorías especializadas en DevOps.
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